Sunday, January 31, 2010

Ahh...pero quería frío verdad?


El día de hoy amaneció haciendo un frío de los mil demonios! y se ha mantenido asi todo el día -7 Celcius con una sensación térmica de -14 Celcius, si eso no es sentir frío entonces yo no sé que sea...Ahora entiendo para que sirven las bufandas, los guantes, la ropa térmica y todo lo demás. Tuve que comprar un gorro, el frío hacía que sintiera que mis orejas se congelaban y que se caerían a pedazos -y no es broma, realmente sentía que si dejaba pasar unas cuantas horas más podría arrancarme una oreja sin sentirlo- . Hoy una vez más fui a uno de mis lugares favoritos de Central Park, el Harlem Meer, quizás no sea el lugar más bello del parque pero me agrada que sea un lugar frecuentado en su mayoría por locales y por consiguiente es un lugar menos visitado lo que te da la sensación de mayor privacidad. El pequeño lago estaba casi en su totalidad congelado, algo que solamente había visto en películas -sí, pobre provinciano naco que nunca había visto un lago congelado jajaja-. Después de caminar por central park llegué al lado oeste de Manhattan caminé para encontrar algún H&M y poder comprar un gorrito baratito que cubriera mis pobres y congeladas orejas, puedo decir que el lado oeste no es tan vibrante y caótico como el lado este. No digo que sea feo ni nada de ello, por el contrario el lado oeste es muy bello, pero en su mayoría se trata de una gran área residencial con muchísimos departamentos los cuales seguramente han de ser muy caros para rentar. Seguí caminando y me encontraba con varíos comercios pequeños y de hecho tuve una sensación de que no estaba en Manhattan porque ese lado es muy distinto al lado este de la ciudad, llegué hasta el Lincoln Center que es donde se encuentra la opera, el ballet, la filarmónica y todo eso de Nueva York, desafortunadamente no me llevé mi cámara para tomar alguna que otra foto. Este lugar me recordó un poco a donde está el foro de arte y cultura en Guadalajara -claro, con unos cuantos millones de dólares menos- y sus alrededores. Finalmente regresé a mis domios del East Harlem sin poder podído comprar el tan anhelado gorrito y con mis orejas casi moradas y al bajar del tren en una de las estaciones cual fue mi sopresa que había un puesto callejero vendiendo gorritos, bufandas, guantes y algunas que otras chucherías, de haberlo sabído antes! Como ya lo dije antes, East Harlem podrá no ser una belleza de barrio pero al menos tienes la seguridad que si necesitas un gorrito "pa'l" invierno de seguro ahí lo encontrarás...

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